Pongámonos en situación. Imagínese, querido lector de esta humilde casa, el nacimiento de un joven hace veinticuatro años en la capital de Senegal. Fruto del clima tropical, hacía calor, por mucho noviembre que fuera. El país, por aquel entonces, ya llevaba casi tres décadas independizado de los franceses y su población crecía a pasos agigantados. Este bebé del que hablamos es un claro ejemplo de ello. Pese a no ser, ni de lejos, la economía más tiesa de África, no hace falta decir que existen muchos sitios mejores para nacer si quieres abonarte a esa costumbre que tenemos por aquí de comer caliente todos los días. Bueno, pues la criatura fue creciendo en Dakar. Como cualquier senegalés, jugaba en su choza, le tiraba piedras a los coches que venían en rally desde París y odiaba a los mauritanos. Lo malo es que no se le acercaba una niña ni para darle una colleja. Y es que hay una cosa que se nos ha olvidado contar de nuestro amigo: es feo, muy feo. Y, peor aún, tiene expresión mongólica. El fruto de esa hibridación es algo nunca visto en la especie humana tal y como la conocemos. Porque si te quieres cagar en los muertos de alguien, acabas la frase haciendo mención a su escasez de belleza o de inteligencia, pero que uno no sepa decidirse si eres más feo que tonto tiene que ser una putada. Ante este panorama, nuestro amigo fue haciéndose un hombrecito, pero estaba más solo que un Desulforudis audaxviator. La familia le dijo que ya era hora de ir pensando en algo para ganarse la vida. A él, claro, no se le ocurría nada. Los padres pensaron que, por mucho que fuera tonto y feo, tenía una cosa buena, y es que no era gordo. Por tanto, pensaron en apuntarle a clases de eso que hacen por allí de darse de hostias vestidos como travelos canarios. La cosa es que el jovenzuelo era un esmirriado que no aguantaba ni media, por lo que viendo que llegaba a la choza reventado día sí y día también, sus progenitores decidieron que abandonara esa actividad. Su preocupación iba en aumento, tenían que encontrar algo que distrajera al chaval para que no acabara como suele hacerlo la juventud por aquellas latitudes. Por cualquiera, en realidad. Un día, mientras degustaban un suculento plato de nada, la madre tuvo una idea. Podrían pasar por alto la alarmante falta de coordinación, la vergonzosa psicomotricidad de la que hacía gala, la indudable ausencia de liderazgo y, en definitiva, podrían olvidarse de que les había salido un niño especial. Todavía había una última opción, un clavo al que agarrarse para que nuestro protagonista pudiese escapar de su destino: podría convertirse en futbolista profesional. Sigue leyendo
Archivo mensual: agosto 2011
Al jeque y sus millones nos los pasamos por los cojones
Perdón por el titular facilón, pero el pueblo lo ha pedido a gritos. Venía esta noche un equipo que, por más que desaparezca y resurja de sus mierdas, tiene el mismo olor de siempre. Tufillo a envidia y a complejo. Y, ojo, que últimamente nuestro estadio no se les daba tan mal como debería, pero ya iba tocando palmar. Cuidado con los fichajes del moro. Hay algunos buenos, claro, pero el once inicial sigue estando plagado de paquetes. Y lo del banquillo ya es para descojonarse. Resulta que hay que tenerle miedo a Gámez, Apoño, un portero calvo, Mathijsen o a Van Nistelrooy con más años que un bosque. Ser pichichi de la Premier, de la Champions y de la Liga con el Madrid y el United y acabar en el Málaga tiene que ser como haber protagonizado Blade Runner y acabar actuando en algo con tanta pinta de mierdaca como Cowboys & Aliens. Así que ya basta de milongas. Con ese equipo no se va a ningún sitio. Además, ahora está de moda y el morito es muy gracioso y van a olvidarse de que son ingleses para sacarse el pasaporte moruno, pero no tardará mucho el jeque en volverse a La Meca. Lo mismo que estos muertos de hambre en vestir las camisetas de sus verdaderos equipos. Eso sí, la rivalidad unidireccional la sacarán cada vez que visitemos su estadio. Sigue leyendo
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Sevilla Fútbol Club – JequeTeam
PEX CORRESPONSALÍA MAÑA Sigo jodido por la eliminación de la UEFA y casi no tengo ganas de fútbol pero empieza la Liga y algo hay que hacer. Tenía puesta mucha ilusión en la UEFA y, aunque no la ganáramos, por lo menos confiaba en hacer un papel digno y llegar hasta cuartos o semis.
Intentando pasar página de esta gran mierda, una nueva temporada está aquí. Sigo pensando que tenemos un gran entrenador (y follavacas, una cosa no quita a la otra) y un equipo que, con un par de buenos fichajes, creo que bastante compensado, al menos para entrar en el verdadero objetivo, la Champions. Espero que, después de dar el petardazo en Europa, hagamos una temporada sobresaliente en Copa y en Liga porque vamos a jugar los mismos partidos que Osasuna o el Racing. En fin, vayamos al tema.
Este verano han tenido lugar hechos muy importantes que van a afectar directamente a la composición de la liga BBVA, el fichaje de Cesc Fabregas por el Barcelona, los millones de euros invertidos por el anormal de Florentino, las leyes concursales para muchos equipos, la previsible caída del Villareal, el desembolso económico del jequeMalaga o la baja federativa en la plantilla de miBeti de Juanito Calahorro, van a marcar un antes y un después en el devenir de la competición. Sigue leyendo
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Golgi ya lo advirtió
PEX CORRESPONSALÍA EN SANTIPONCE ¿Han visto a través de un microscopio una sección de cerebro, ya sea humano, ya sea de algún vertebrado? Las neuronas ahí, bien bonitas, con su núcleo, sus dendritas, sus axones. Les voy a contar cómo se hace. De todos es sabido que cualquiera puede ir a un depósito de cerebros y llevarse el que desee. Una vez dispongamos de uno no se coge un trocito y se mira a través de la lente. No. Un cerebro tiene una consistencia pareja a la que puede tener un bollo que dejamos bajo el grifo durante 20 minutos. Se deshace con solo tocarlo. ¿Qué hacer ante una putada más de la madre naturaleza? Se baña en parafina, lo que aquí se tira al suelo cada primavera dando lugar a resbalones, caídas, luxaciones de muñeca y cadera, hay quien lo usa para estos fines. Hay gente para todo. Una vez tenemos el cerebro bien compacto, hay que cortarlo bien finito, y digo bien finito. No como se le pide al charcutero que corte el chopped cuando estamos a día 26. Bien finito, bien finito, que se pueda ver a través de un microscopio óptico. Para ello usaremos un instrumento llamado microtomo. Ya saben, de mikros y tomé. Tomaremos la sección, a ser posible, de la corteza cerebral. Es donde las neuronas están a saco, en plan rave en Ibiza a las 12 de la mañana. Y dirá algún iletrado, y ya lo ponemos en el microscopio y a mirar neuronas ahí to potentes. No, paciencia. Si se hace eso no se ve más que una masa blanca en la que no se diferencia una mierda, las neuronas son incoloras. ¿Qué hacer? Pues teñirlas, alma de cántaro. La putada, al menos en el siglo XIX, es que si teñías la sección con las técnicas de la época, las teñías todas. Y ahí les aseguro que no se ve un carajo. Un montón de puntitos apiñados, algún hilillo (axones) por ahí perdido y poco más. Como quedar con alguien en la portada de la Feria. Trabajo de chinos. Entonces apareció uno de los pocos italianos dignos que ha dado la historia, el señor Camillo Golgi. Usando nitrato de plata consiguió teñir neuronas aisladas, con lo que aparecían como cualquiera ha podido ver hoy día, con todas sus cositas, y hasta se pueden apreciar alguna de las trillones de conexiones entre ellas, sinapsis y tal. Este rollo lo contaba mucho mejor el profe de histología, que era un grande. Consiguió exponer, con más de una década de antelación, la agria polémica por la cual Amy Farrah Fowler y Sheldon Cooper rompen, tomando la postura de la primera. Por si este hecho no bastara para ponderar como merece su hombría, el tío nos dotaba de unos microscopios bastante buenos pero que tenían un fallo. Había un tornillito, muy suelto, que si se le daba sólo un cuarto de vuelta hacia la dirección correcta hacía que todo el aparato se fuera a tomar por culo. Una especie de mecanismo de autodestrucción que este señor, a quien todavía observo en mis oraciones, nos conminaba a no ejercer bajo la clara admonición de que al que se le ocurriese tocar el tornillito le cortaba los cojones. Textual y en medio de toda la clase, petada de tías, por cierto. Como decía el capitán Willard del coronel Kurtz mientras leía su expediente en la lancha que surcaba el Mekong arriba: Qué huevos. Sigue leyendo
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La primera en los huevos
De nada sirvió todo el tinglado previo. De nada sirvieron los llamamientos, tan lacrimógenos como innecesarios. Como si los que van al estadio hubiesen fallado alguna vez. Ayer clientes, hoy aficionados, mañana ya veremos. De nada sirvió el alinear a lo mejor que se tenía disponible, que no es poco. Las hermosísimas camisetas amarillas de este año sólo se usarán cuando juguemos de visitante en un sitio. Ocho años seguidos inmersos en competiciones europeas que se van, de un plumazo, como si nada. Dentro de muchos meses, veintidós cabrones se estarán disputando en Rumanía esta competición, y nosotros compraremos un lote y nos daremos una vuelta por la calle a ver si nos ligamos a un par de guiris y si nos preguntan por el fútbol decimos que somos del Lugo. Esta es la mierda que toca este año. Y no hay más. Sigue leyendo
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No se vende un palco VIP. Y la culpa es tuya, so tieso
PEX CORRESPONSALÍA EN SANTIPONCE El móvil sonó cuando el AVE dejaba la estación de Córdoba. Miré la pantalla: número desconocido. Descolgué como persona de bien que no tiene nada que esconder, que se mira todos los días al espejo con la cabeza alta y que sabe que es el puto teleoperador paraguayo el que debe temerme, no yo a su insistencia. La llamada, empero, era del fundador de esta casa. Me comentó que sí, que vale, que publicaba el artículo, pero que eso no era lo que habíamos hablado; que si era gilipollas y no sabía leer ni el título del blog; que para otra vez hiciese el favor de hablar algo del Sevilla, si no era mucha molestia, y que esto iba sobre fútbol, no una sucursal de Expansión. Por último, con su bondad, sencillez y candor habituales, me conminó a no poner más fotos de maricones, borrachos, proxenetas ni crápulas. Que esto tampoco es una página de bujarras, concluyó. Y oigan, sería que me encontraba en paz conmigo mismo y con Dios, nuestro hacedor; sería que iba con el ánimo iluminado por dirigirme a Madrid a las Jornadas Mundiales de la Juventud a ver al vicario de Cristo en la Tierra; el caso es que encontré razonables sus ruegos. Del Sevilla había hablado poco o nada en el anterior artículo. Más bien nada, una vez releído. No obstante, lo de las fotos me costó más trabajo de digerir. Sé bien en qué país vivo y el sentido del humor de sus buenas gentes. De lo que de verdad se ríe a gusto un español es de ventosidades, caídas aparatosas, gordos, tullidos, anormales y desviados. Allá Woody Allen con sus pedanterías. O los franceses. Aquí gusta el humor con escarnio de toda la vida. Encima, no sólo somos españoles, somos andaluces, lo que ya nos hace ser el colmo de la sutileza. Pero al final también le tuve que dar la razón. Que esto no será Expansión, pero tampoco es Canal Sur. Y qué cojones, los sucios sodomitas que hagan lo que crean más conveniente, pero que no esperen notoriedad ni aunque sea a costa de mofa, befa y escarnio de su conducta. De contar anécdotas sobre casas de lenocinio no me han dicho nada.
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Me cago en los tontos
Si a cualquier sevillista se le pregunta por el Hannover 96 hace tres semanas, el encuestado no podría más que dejar escapar una sonrisa pícara. Es el único equipo en el mundo que se creyó que Koné era futbolista (después de nosotros, claro). Y hoy nos plantamos allí y nos ganan. Muy bonito todo. Parecían carajotes los alemanes. Nos han jodido el titular del pepino metido en el culo y toda esa mierda patriótica. Andaluces levantaos, desde El Ejido hasta el Polo Químico.
Jejejejeje
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Larga vida al soviet de tiesos sin casa en la playa
PEX CORRESPONSALÍA EN SANTIPONCE Estos últimos días se ha estado dando un coñazo importante desde los medios con la mandanga de que hace 50 años la gloriosa República Democrática Alemana, sabiamente aconsejada por la madre patria socialista, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, construyó el dique de contención del capitalismo opresor en mitad de Berlín. Ni 30 años duró el invento, en 1989 cayó el muro. Lo que muchos ignoran es que su caída no se debió a unas ansias de libertad sin precedentes en los ciudadanos de la RDA, que es falso que se produjera por una especie de revolución popular que pedía a gritos capitalismo, privatización de servicios esenciales y encarecimiento de bienes de primera necesidad. Todo se precipitó por un error de un funcionario. Un tal Günter Schabowski, una especie de Cospedal de la Alemania Oriental, la cagó a base de bien en una rueda de prensa proclamando que los ciudadanos de su país podrían viajar a donde les saliera del miembro sin restricciones de ningún tipo. Éstos, haciendo gala de su alemanidad inherente, se fueron en masa al muro a pasar al otro lado. La madera acolarsá tuvo que dejarlos pasar y el resto es historia. Gentes de bigotes y melenas impresentables, de un lado, se daban abrazos y besos con otras personas de bigotes, melenas y camisas impresentables del otro.
¿Esto fue bueno o malo? Según se mire. En aquellos días recuerdo que se hacía hincapié en las caras de niños mirando escaparates con juegos electrónicos que a cualquier capitalistilla de 10 años le dolían los huevos de jugar con ellos. Uno se decía, pobrecillos, ganarían todas las medallas en natación dándole a sus deportistas simples y limpios solomillos transgénicos, pero hay que ver qué subdesarrollados están; nosotros haremos el ridículo llevando a Luis Astolfi a que la pinte en hípica, pero joder, tenemos de todo. Muchos servicios públicos pero pocas pornos y maquinitas. Y hoy día… Cuando cierren el centro de atención primaria de su barrio y tenga que hacerse 62 kms. para ir al ambulatorio que se le ha asignado porque su hijo de 8 meses no para de toser durante la noche, agradézcaselo al señor Schabowski. Y dese con un canto en los dientes si no tiene que pagar nada aparte de la gasolina.
Hace hoy 16 años se acabó otra revolución popular que, si bien mucho más modesta en sus fines, nos toca mucho más de cerca. Y también se inició con el error, la incompetencia, la desidia o, simplemente, con un “que no pasa ná, yo me voy a París con Miniyo, ya presentaremos los avales cuando vuelva”. Nos trajo por la puta calle de la amargura durante dos semanas. A decir verdad, nos alegró el verano. Era todo tan interesante que sólo si la ETA se hubiera cargado al Rey la cosa podría haber sido mejor.
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¿El yogur de coco o de limón?
Vamos a ponernos serios. Hemos recibido muchas críticas, todas con razón. La gente nos pregunta, directamente, que si somos maricones. Y no podemos más que negarlo con la boca pequeña, releída la anterior crónica. Así que lo sentimos mucho por el Depor y lo bien o lo mal que nos pueda caer, pero el cliente siempre tiene la razón. Muy bonita la pancarta, muy bonitos los cánticos, muy bonito la buena sintonía entre los grupos de animación, pero así no podemos seguir.
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