El constructor de la gloria

PEX CORRESPONSALÍA SANTIPONCE Ser del Sur está muy mal visto en todas partes. Que si no nos lavamos, que si no sabemos hablar, que si somos incultos, vagos y atrasados, que si perdemos todas, todas, pero es que todas las guerras. En las dos últimas hay que reconocer que tenían toda la razón los del Norte, tampoco seamos chovinistas de brújula. Por cierto, un inciso. Con el objetivo de poner una pica más en nuestra expansión imparable, PEX desea anunciarles que lanzamos al mercado editorial esta magna obra, editada en Pyongyang en 1976, que hemos estado pasando a word por la cara durante el mes pasado y poner así nuestro granito de arena para el triunfo de la ideología Juche. ¿Cómo adquirir este volumen imprescindible? Muy sencillo, nos envían un email a conkimilsungviviamosmejor@pexedichions.com y por el módico precio de 25 euros les remitiremos un pdf con el libro a su dirección de correo electrónico para que puedan leer y comprender las penosas condiciones de vida a que se enfrentan los trabajadores coreanos que tuvieron la mala suerte de encontrarse al sur del paralelo 38 en 1953. En espera de la masiva respuesta de nuestra fiel parroquia ante esta oferta, sigamos. Decían en Trainspotting (el libro) y en The Commitments (la película) que los irlandeses son los negros de Europa. Nada que objetar. Pero menos quejarse porque si es jodido ser irlandés, nacer en, según las palabras de W. H. Auden, poeta inglés y pederasta, valga la redundancia, “este trozo arrebatado a la ardiente África y soldado crudamente a la industriosa Europa”, ¿qué es? ¿Vivir en Disneylandia? Si además tienes la desgracia de haber venido al mundo al sur de Sierra Morena, la cagaste. Con un futuro más incierto en nuestra tierra que el de un padre carmelita en Barcelona en 1936, tenemos que aguantar que nos insulten, nos ninguneen y, lo peor de todo, imiten nuestro acento a la mínima que pasamos de Despeñaperros. ¿Te imito yo a ti, que parece que hablas con la boca llena de sopa, hijo de puta? Aquí hablamos un español evolucionado. Hay demasiadas consonantes en este idioma, así que las quitamos y el mensaje no sufre merma alguna. Eso sin mencionar que, gramaticalmente, nos follamos a la  península entera. A ver si nos enteramos de una vez, amigo septentrional que nos lees: decir “dala dos besos” es el mal. La ETA. Dale, hostias, dale. Objeto indirecto. Das los besos, no das la persona. Pero es que con el leísmo es todavía peor. Les juro que yo he escuchado alguna vez “es que cuando me pusieron el wifi, el que vino a instalármele”. Tal cual. Y como ellos son los que hacen los diccionarios y reforman la gramática, ahora todo es leísmo aceptado y normalizado. Le mataron, le enterraron, le follaron. ¿Le mataron a quién, a su madre, a su vecina, un nervio para practicarle una endodoncia? Unos mierdas que se están cargando el idioma nos dicen a nosotros que no sabemos hablar. Demencial. Otro gran éxito es aquello de que no trabajamos. En el verano de 2003, en la ola de calor más impresionante que hayamos vivido, los sindicatos alemanes consiguieron que se recortara la jornada laboral porque a unos abrasadores 35º a la sombra es imposible currar. Treinta y cinco grados, lo que aquí hace en abril como te descuides. Dile al jefe que no vas al trabajo porque en la calle hace 52º, a ver dónde te manda. Para rematar, donde lo dan todo y consiguen ponérmela dura es cuando nos usan de chivos expiatorios de sus políticas absurdas. Aquí ya se unen al linchamiento el resto de andaluces y pagamos el pato, tengamos culpa o no, los sevillanos, los negros del Magreb. O negros-judíos-moros-gitanos, todo junto. ¿Que en Cataluña la educación es un desastre? En Sevilla no se les entiende, a mí que me registren. Que el alcalde de Málaga tiene una huelga de servicios de limpieza; la culpa es de Sevilla, que se lo lleva todo. Que una señora mata a vergajazos a su marido en Jaén en la época del verdeo; malditos sevillanos que están siempre comiendo aceitunas en el bar y nos llevan a esta deshumanización. ¿Ustedes se imaginan al Zoido justificar nuestro chiste de metro porque en Cádiz se llevan subvención los carnavales? Y a mí qué me cuentas, trabaja que para eso te pagamos, maricona. Respuesta tan sensata parece que es imposible que la procese ningún español nacido al sur de Lebrija y al norte de El Real de la Jara. Seremos negros-judíos-moros-gitanos, mas somos sabios. O al menos, indolentes. En las buenas, aprovechamos nuestras cuatro cositas y pasamos el rato como podemos sin meternos con nadie. Cuando vienen vacas flacas, sacamos lo mejor de nosotros y, como son muchos años de estar comidos de piojos y mierda, hacemos de la necesidad virtud. Tomen un libro de recetas de tapas sevillanas, si no me creen. Nuestros platos más suculentos parece que se fraguaron en una tarde en la que no había nada que llevarse a la boca y uno dijo, bien, antes que morirnos de hambre, lo que sea: tú, llégate a la huerta y arrambla con todo lo que encuentres, ya sea tomates, pepinos, pimientos o ajos. Lo mezclamos todo y lo aliñamos y a ver qué sale. Tú, ve al pinar aquel y si puedes cazar alguna paloma, bien, y si no hay más cojones que conformarse con gorriones o lo que sea, te los traes igual. A los niños los voy a mandar al secarral ese de allí y que cojan caracoles, bichos repugnantes donde los haya, pero más cornás da el hambre. Y yo que tengo estudios y una caña de pescar me acerco al río a ver si pica algún barbo. Que no saben a nada, pero echándoles vinagre y pimentón se les puede sacar el jugo. Así, camaradas, inventamos nada menos que el gazpacho, los pajaritos fritos, los caracoles y los barbos en adobo. Cimas indiscutibles de la gastronomía universal. Chúpate esa, Berasategui. El cocinero, no el tenista aquel que tenía un drive extrañísimo. Y sin nitrógeno líquido. Engañabobos.

Cooperación y hermandad tan idílicas no se dan casi nunca, vamos a admitirlo, que esto es PEX, no una bitácora regionalista. La mayoría del tiempo somos una pandilla de indeseables, vagos y parásitos que no valemos ni el trabajo de mirarnos. Si hay tanta gente que no nos puede ver, por algo será. No vamos a ser nosotros los únicos buenos y el resto del mundo una pandilla de cabrones. Para que nos pongamos todos a una tenemos que vernos con el agua al cuello, sin más salida que tirar hacia adelante o pegarnos un tiro en la polla. Tal y como se encontraba el Sevilla Fútbol Club en el año 2000. Colista destacado y con el descenso más que asumido, con una plantilla descompensada y desmotivada, más una deuda que había obligado al club a emitir cédulas hipotecarias con la idea de recaudar unos 3.000 millones de pesetas que evitaran la venta del Ramón Sánchez-Pizjuán y nuestra marcha al Olímpico sito en el glorioso municipio de Santiponce, desde la cúpula del club se empieza a planificar la nueva temporada a mediados del mes de abril. En un alarde de coherencia organizativa inaudito en este club, se empieza por el principio: contratar al que será el máximo responsable de lo deportivo en el curso 2000/01. Se barajan varios nombres: Sergio Kresic, entrenador de Las Palmas; Gregorio Manzano, del Valladolid; Lucas Alcaraz, entonces director técnico del Dos Hermanas; Joaquín Caparrós, sin equipo desde septiembre cuando fue cesado del Villarreal; Rafael Benítez, también sin equipo; y el entrenador del Rayo Vallecano, don Juan de la Cruz Ramos Cano. Todavía quedaba más de un mes de competición y casi todos los vendecolchas con los que se tenía contacto estaban inmersos en el fin de campaña en sus respectivos equipos o, como en el caso de Benítez, preferían esperar a otras opciones más atractivas tanto en lo deportivo como en lo económico. Quién iba a querer ir a una casa de putas que contaba en su plantilla con gentuza como Rabajda, Nando o Marcelo Otero, todos pagados a precio de oro, 80, 90 y 150 millones de pesetas respectivamente por temporada para ser exactos. El Sevilla era una institución que olía a muerto por los cuatro costados. En esta tesitura, sólo un auténtico tarado mental podía aceptar la oferta sevillista. Por ejemplo, un hombre que hubiera dejado una plaza de funcionario, en un país donde los presidentes de gobierno anarcocapitalistas son inspectores de Hacienda o registradores de la propiedad, para entrenar al San José Obrero de Cuenca. Qué huevos. Sin duda alguna, don Joaquín Caparrós Camino, JC en sus siglas al igual que la única persona que ha hecho milagros más gordos que los que el utrerano se disponía a realizar aquel ejercicio 2000/01, debía ser el elegido.

Curtido durante más de una década en auténticos equipacos como el antedicho San José Obrero, el Montilla o el Gimnástico Alcázar, le llega su oportunidad en 1996 al fichar por el Recreativo de Huelva, entonces en su sitio natural, la Segunda División B. Logra el ascenso en la campaña siguiente. Durante la pretemporada de la 98/99, en la disputa del trofeo Colombino, se cruza por primera vez con su Betis de su alma. Las crónicas hablan de un Recreativo muy motivado y ordenado que maniató a los Finidi, Alfonso y Denilson. Traducido, que los hartó de hostias, que maricón el que no meta la pierna y a ver si nos cae una del cielo, que antes muerto que perder contra estos hijos de la gran puta. Único tiro a puerta, un libre directo lanzado por el simpar Pepelu, gol y a la final del trofeo que ganaría en los penaltis a la Real Sociedad. Con una plantilla de tuercebotas, cedidos y, ojo, desechos de la Carretera de Utrera, que hay que tener valor y ser un motivador excepcional para llevar adelante a ese plantel, clasifica al Recre en una muy cómoda posición, ubicando a los onubenses, durante toda la temporada, por encima de la mitad de la tabla. Ya entonces hay contactos con el Sevilla, según su representante, Juan Maraver, que no fructifican porque estábamos inmersos en la remontada que nos llevaría a Primera de la mano de Marcos Alonso. Acepta una oferta del Villarreal y, como futuro técnico amarillo, presencia el partido de ida de la promoción que disputamos contra los pueblerinos en El Madrigal. Me lo imagino en el palco viendo el 0-2 que condenaba a su futuro equipo al descenso pensando, a lo Lefty Ruggiero, “si tiene que ser alguien, que seas tú”. En el Villarreal no llega nunca a caer bien entre la afición porque “tenía poco nombre”. Como lo oyen. En palabras de Paul Newman en “El juez de la horca”, obra maestra de John Huston guionizada por un ídolo de esta bitácora, el señor John Milius, “no hay nada peor en el mundo que una ramera que se ha vuelto respetable”. A ver cuándo coño desaparecen. No aguanta más que seis jornadas, centrándose en su puesto de seleccionador de Andalucía una vez destituido para, en enero de 2000, acceder al cargo de consejero en el Recreativo de Huelva como asesor deportivo al haber tomado el control del equipo una empresa municipal, “Huelva Deporte S.L.”, comandada por don José España, uno de esos presidentes de los que ya no quedan. Finalmente, el 27 de abril de 2000, seis años justos antes de esto, para que no crean en el destino y en JC, firma como nuevo entrenador del Sevilla Fútbol Club.

Vamos a ponerles en situación para que vean lo mamona que era, y es, don Joaquín. Ese 27 de abril no era equipo de Segunda, matemáticamente, ni el Sevilla. Los otros dos equipos que ocupaban puestos de descenso eran el Club Atlético de Madrid y el Real Betis Balompié, a cinco y dos puntos respectivamente de la salvación, con cuatro jornadas por disputarse. Pues bien, en su primera entrevista como técnico del Sevilla, no se le ocurre otra cosa que declarar: “Ascenderá el equipo con bloque, paciencia y buena planificación; los que tengan presupuestos millonarios que sepan que no ascenderán el primer año.” Ya estáis en Segunda queráis o no y, os lo digo con tiempo, nos vais a comer la polla. Genio del fútbol mundial. En lo que a nosotros atañe, opina en unos términos que hoy pueden parecer extraños o, cuanto menos, curiosos: “Ficharemos con criterio, eso de contratar jugadores por vídeos o agentes tiene que acabarse”; o esto, “debemos alcanzar un alto nivel de exigencia en todas las áreas, todos integrados al 100%, así debe ser porque nos debemos a una afición”. Lo bueno de Caparrós es que no sólo largaba fiesta por esa boquita que daba gloria, encima era consecuente. Justo el día de su firma paraliza un fichaje que ya se consideraba hecho, el de un tal Michel Pensée, camerunés al que nadie conocía, cuyo mayor mérito era ser representado por Antonio González Flores, no el hijo de la Faraona y el Pescaílla, sino un señor que había sido entrenador, qué cosas, del Sevilla Atlético, y llevaba, entre otros, a Lauren o Carlitos. Caparrós lo manda a tomar por el culo y le dice que la oportunidad de mercado se la meta en los cojones. Pensée, tras este rechazo, desarrolló una gran carrera en las ligas japonesa, rusa o portuguesa, no llegando a disputar profesionalmente más de 80 partidos. Por quien sí da el visto bueno es por el guardameta del Granada C.F., Antonio Notario, fichaje avalado por el director deportivo sevillista en abril de 2000, Vicente Miera. Al haber llegado solo, poco a poco empieza el goteo de nuevas incorporaciones de miembros del nuevo cuerpo técnico. Antonio Álvarez continua como segundo entrenador; preparador físico, Ramón Orellana; Manolo Jiménez, entrenará al filial; Ramón Vázquez a la secretaría técnica y Monchi pasa de delegado del primer equipo a coordinador de la secretaría técnica así como ojeador.

Una vez acabada la Liga, es presentado dando un claro mensaje de trabajo, compromiso, humildad y total implicación para lograr no sólo el ascenso, sino “echar los cimientos y crear una infraestructura deportiva para que no se repitan errores cometidos anteriormente”. Consciente de que había que deshacerse de muchos jugadores y encontrar sustitutos a coste cero, su concepción del trabajo de la secretaría técnica era “que no termina con el comienzo de la temporada, sino que debe seguir con nuevos bríos al comienzo de ésta”. En algún rato tonto tengo que preguntarle por twitter qué opinión le merece un director deportivo que se va de vacaciones un día antes del cierre del mercado de fichajes. Los periodistas que cubren la información del Sevilla constatan desde el primer día de concentración en Isla Canela que lo del utrerano no era palabrería barata. Se habla de metamorfosis e incluso “lavado de cerebro” dado el cambio en la actitud de jugadores como Marcelo Otero o Tabaré, que se habían tocado la polla de mala manera el año anterior, totalmente implicados ahora en el trabajo del equipo. Los entrenamientos se celebran en un ambiente de intensidad digno de mejor causa, teniendo Caparrós que dar algún toque por las entradas terroríficas que se daban en los partidillos. Si, como siempre defendió, “se juega como se entrena”, estábamos en buen camino. Se han dado derbis turcos con menos hostias que lo que se veía en el litoral onubense en aquel julio de 2000. Además de recuperar para la causa a anteriores lastres, no se arredra ante la escasez de medios. En otro arranque que podría parecernos casi medieval por lo lejano, asciende a chavales del filial sin ningún complejo. ¿Que no hay un duro para fichar a un interior diestro, demarcación para la que no hay un solo jugador? Subimos a Paquito Gallardo, le damos confianza y continuidad y no lo ponemos a los pies de los caballos si la caga, sino que se le protege para que no se pierda.

No seremos nosotros quienes neguemos que don Joaquín estaba loco. Estaba como una puta cabra. Pero tonto no era. El día en que acaba la concentración advierte a la prensa, que hablaba maravillas de él por haber levantado a un grupo muerto, que nada iba a ser de color de rosa. Sabía que, gracias a los métodos que empleaba, sus jugadores le sacarían los ojos a su primogénito ante una simple insinuación suya, pero también era consciente de que eran más malos que pegarle a un padre. Ese 28 de julio había previsto un amistoso en Pilas contra el equipo local, de regional preferente, y allá que fue el menda al coliseo de Los Ventolines a ver a su equipo.

Imaginen que se lían con una moza de buen ver, con anchas y firmes caderas que aseguren una capacidad para la gestación de siete u ocho zagales, buenas ubres que garanticen el mantenimiento de la prole durante la lactancia y unos ojitos que son un primor. Pero, ay, la muchacha es católica a machamartillo. Virgencita del Pilar, antes morir que pecar. María Goretti rediviva. Hasta tener la bendición de un párroco, a lo más que llega es a paseos por los bajos del río y no cae ni una triste paja entre los juncos. Se casan. Noche de bodas. Usted, con la polla que le llega a la garganta, arremete contra su señora esposa y a ésta le da la risa. No sabe qué coño se hace con eso gordo, caliente y palpitante que usted le ha puesto en la mano. Toca con el dedo la vena de su miembro, que está a punto de estallar, y vuelve a reírse enseñando los incisivos como si fuera un conejito. Cualquiera le dice que se lo meta en la boca. Para cagarse en Juan XXIII, Pablo VI y todo el Concilio Vaticano II. Así me sentí aquella tarde en el municipal pileño. En la primera parte el Pilas parecía el Borussia Mönchengladbach de Netzer, Heynckes y Vogts, se adelanta en el marcador y sólo un tiro libre directo de Fredi que centra al área, no toca nadie y tras dieciocho botes se introduce en la portería logra evitar que nos vayamos al descanso por detrás en el marcador. Lo de la segunda parte… A ver cómo lo explico. El coronel Kurtz, cuando estaba con la cabeza completamente perdida, dijo en una ocasión “el horror tiene cara”. Joder si la tiene. Yo era Kurtz en Los Ventolines, enfrentando al horror en su más pura representación. Este no era otro que el lateral izquierdo sevillista que había salido tras la reanudación sustituyendo a Tabaré, un nota chiquitito, con menos coordinación que un paralítico cerebral haciendo danza Kuduro, que atendía por David Castedo Escudero. El enano, verdadera leyenda del Sevilla Fútbol Club por los siglos de los siglos, siempre dijo que las pretemporadas no se le daban especialmente bien. No hace falta que lo jure. Qué cosa más mala, por Dios. A mí me dicen que iba a convertirse en el mejor lateral zurdo de nuestra historia y hago un Puerto Hurraco versión Aljarafe. Bastante desgracia teníamos encima como para aguantar coñas.

Al final ganamos gracias a un penalty absurdo transformado por Ivan Juric. En agosto se produce una noticia que en principio no nos afectaba gran cosa. El Mérida sufre un descenso administrativo por impagos y vuelve a Segunda el Recreativo de Huelva. Pues qué bien, dirán ustedes. Pero en el equipo emeritense jugaba un tal Pablo Alfaro Armengot que, con la idea de dar unas últimas hostias antes de retirarse, firma por el Aris de Salónica. Monchi contacta con él y, tras un lío de tres mil pares de pelotas por duplicidad de contratos, que el propio Alfaro reconoció, acaba recalando en la disciplina sevillista. Trofeos del Olivo, que nos llevamos por penaltis y en el que a Caparrós se le puso en los cojones que Notario tirase uno, y similares, llega el primer amistoso en casa contra el Racing de Santander. Eso de amistoso, con Caparrós en el banquillo, es un decir. Con nueve acabamos, Francisco expulsado en el minuto 37 por una entrada a Amavisca y Olivera por protestar. Perdimos 2-3 dando la cara como buenamente se pudo y de nuevo Caparrós tiene que volver a reconducir el comportamiento de sus veintipico criminales. Salíamos a expulsión por amistoso y no era plan de seguir con estos modos en la temporada que iba a comenzar en pocas semanas. Implicación, sí; genocidio del adversario, no.

De momento lo dejamos por hoy, que ya estoy hasta la polla de escribir y se me ha ido un poquito la extensión del homenaje. Igual para el siguiente pasamos de todo y les resumimos los cinco años de don Joaquín Caparrós Camino en el Sevilla en medio folio. Ya nos conocen, somos un poco ciclotímicos en esta santa casa. Pero seguramente salgan tres o cuatro artículos más porque no es tan corriente un señor que basa su discurso en el trabajo y la humildad, que considera que debe rendir cuentas ante una afición, que para eso es la que paga y la que de verdad mantiene en funcionamiento el chiringuito, que jamás iba a traer jugadores por dos youtubes y algunos miles de euros de comisión porque tenía detrás a decenas de miles de personas que confiaban en que nos los defraudara. Que actuaba sabiendo que más importante que Dios, el Papa y sus muertos, sólo era el sevillismo. A un tío así, que ni sevillano parece de tan honrado y comprometido, hay que cuidarlo. (Continúa en la segunda parte)

26 comentarios

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26 Respuestas a “El constructor de la gloria

  1. Alvaro21

    Y durante su etapa aquí se le llamaba (yo el primero) «el cateto». Si es que hay que ser gilipollas.

    • ¿Quién le llamaba así, por Dios santo? Primera noticia que tengo. ¿No te estarás confundiendo con un arahalense ilustre?

      • Alvaro21

        Mi familia entera, la peña a la que antes era más frecuente, y buena parte de la grada en la que me siento le llamaba así. Que si cateto parriba, cateto pabajo constantemente. Te lo juro. A lo mejor era un microcosmos de 200 personas en el que estaba metido, pero yo recuerdo a mucha gente llamando «el cateto» a Kaparros.

  2. Qué grande Jokin. Se merece esta entrada y otras muchas más.

  3. Es una lástima que nunca vayamos a ver a Don Joaquín entrenando a Don Frédéric.

  4. bombonera

    podria usted contar aquella historia del bus del sevilla dias antes de un derbi paso por el galisport a las 4 de la tarde y curiosamente habia 3 beticos bufanda en mano? si esque la sabe claro

  5. Pepillo "El Gamba"

    Estoy deseando ver de nuevo a Don Joaquín por el RSP. Sí, ya sé que vendrá el lunes que viene y que su compromiso con el Mallorca le hará que su equipo vaya a por los tres puntos, así de honesto es el utrerano.

    Además, tendría los santos cojones de arriesgarse con alguno de los chavales de los EE.II. Eso seguro.

    En fin, espero la próxima entrega de tan apasionante y divertido artículo. Anímate coño que ya no hace la característica caló sevillana.

  6. Enorme. Deseando estoy de seguir leyendo. El primer párrafo es de paja gorda

  7. Anónimo

    «Escúchatele»
    Frase de un madrileño a la hora de recomendar un disco. Eso es lo más jodido que he escuchado en mi vida.

  8. Estuve una época viviendo en Cuenca (Verídico) y guardan un gran recuerdo de Caparrós. Conocí a gente que jugabas pachangas con él y me contaban que era igual de picado como jugador. Todos sabían ya que de ese equipo el único que llegaría a primera era Caparrós. Y para terminar, yo jugaba en un equipo que hacía de sparring los jueves contra el San José Obrero, y me quisieron fichar, esto es lo más cerca que he estado de jugar a las órdenes de Caparrós.
    Saludos

  9. Forjó un caracter al equipo que desde que se fue echo de menos.

    Estuve en la manifestación que hubo para evitar su marcha en junio de 2005. Eramos 4.

  10. Lokyblack

    Y el resto de capítulos!! dejad de leer la Gaceta coño, y escribid!!!

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  12. Arenas de Getxo

    suelo estar de acuerdo con el 100×100 del credo de ésta casa, pero Caparrós fue el mayor vendedor de humo de todos los tiempos en Bilbao.

    • Hombre, hablamos de su etapa aquí. Y allí mal del todo no lo hizo, no? Se encontró un equipo jodido, el Athletic nunca pasó apuros con él, volvió a una final 24 años después, sacó a Muniain, Iturraspe, De Marcos, Toquero… Y el vendeburras de Bielsa se llevó el mérito para al final hacer un Cúper por partida doble.

      • Arenas de Getxo

        iturraspe y de marcos jugaron más minutos media temporada con bielsa que tres con caparrós. fichó un lateral izquierdo por temporada (todos deambulan por segunda en la actualidad) y, en tres temporadas, sólo logró una victoria y una empate en partidos contra madrid y barsa, y veías que había dado vacaciones a los shavales en esos partidos por la actitud en el campo.

      • Ese balance contra Madrid y Barcelona, tal y como está la liga española no está del todo mal, y muchos txabales mejoraron su muchísimo su rendimiento con Caparrós

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  15. bixen

    Grandísimo recuerdo dejó Jokin en Bilbao, no se le olvida. Un tío majo, divertido y que sacó chispas al equipo. Jokin en Bilbo tienes tu segunda casa

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