Archivo mensual: octubre 2015

La aceptación de la derrota

(Nota de la redacción: Este artículo se pensó antes de ganarle al Fútbol Club Barcelona, pero dada la consabida eficacia de esta bitácora, no ha sido publicado hasta hoy)

Parece como si viviésemos en una novelización de algunos aspectos de la existencia. O, más concretamente, una guionización, toda vez que los novelistas acostumbran a ser sujetos desvergonzados y aficionados a la dispersión. Pero en el cine la justificación de todo tiene que ir por la vía directa. Hablamos, claro está, en el plano teórico, porque luego uno se encuentra con algunas películas cuyos guionistas se esforzaron más en convencer al mundo de que tenían algún talento que en intentar cultivar las reglas básicas del audiovisual. Y, como decíamos, una de esas normas ineludibles es la de que, en la ficción, todo ha de estar motivado. Los personajes tienen que comportarse como lo hacen por alguna razón. Expresado en forma de axioma, la ficción siempre supera a la realidad. El suceso real puede ser aburrido, estúpido o, sencillamente, totalmente increíble. La ficción no puede concederse ese lujo. La vida real puede terminar con que un buen día te levantas y te atropella un autobús. Si eso ocurre en una película, el crítico que la vea a duras penas podrá caminar ante la erección que le supondría esa alfombra roja para el destripe. En definitiva, existe la tendencia a pensar que cada vida es una película que se está rodando, y que todo lo que acontece, lo hace por algo. Sigue leyendo

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